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Empresarios : la actividad económica mantendrá igual dinamismo en 2013.

También estiman que la inflación no llegará a los dos dígitos el año próximo, pero pronostican que continuará por encima del techo del rango establecido por el gobierno

Destacados representantes del sector empresarial compartieron con portfolio su visión sobre el desempeño del gobierno y la evolución de la economía durante el año que está finalizando, y sus previsiones y expectativas para 2013. Los ejecutivos coincidieron en señales que el año próximo será similar a 2012 en cuanto al crecimiento de la actividad.


Asimismo, manifestaron su preocupación por la inflación, y también plantearon la necesidad de generar cambios en la educación y de potenciar la infraestructura del país. A continuación se presentan las preguntas formuladas a los empresarios y una síntesis de sus respuestas.


1. ¿Qué evaluación hace de 2012 en términos de gestión de gobierno y de resultados de la economía?


2. ¿Cree que 2013 será un año igual, mejor o peor que 2012 en términos económicos?


3. ¿Qué inflación prevé para el año próximo?


4. ¿Cuál diría que es el tema que más le preocupa cuando mira a 2013? Juan Carlos Chomali, gerente general de Banco Santander


1. En materia de resultados de la economía, cerrar en el rango del 4% de crecimiento es un buen dato en términos históricos, aunque menor al de los últimos años. En tiempos buenos es necesario redoblar el esfuerzo para tener un crecimiento sostenido y sostenible.


2. Creemos que se mantendrá relativamente estable o similar al 2012, entre 3,5% y 4%, lo que en relación a la velocidad a la que venía Uruguay en los últimos años es una desaceleración, pero un nivel aún superior al histórico y en línea con el crecimiento potencial del país. En cualquier caso, entendemos que se debería trabajar en mejorar aspectos que cimentarán las bases del desarrollo y, por ende, mejorarán la calidad de vida de los uruguayos de las próximas generaciones. En ese sentido pensamos que se debería dar un mayor impulso a la productividad –a través de la inversión eficiente en educación, ciencia y tecnología-, una mayor promoción de los emprendedores locales, una reducción de la conflictividad laboral y un mayor apoyo a las empresas. El país puede aspirar a tener más inversiones, más tecnología y más productividad. Todo eso redundará en más oportunidades para la población.


3. Prevemos una inflación de 7,9% para 2013. La inflación estará por debajo de los dos dígitos, pero el nivel de consumo y la producción asociada, sumado a las presiones fiscales, monetarias y cambiarias, no permitirá que esté dentro del rango meta del Banco Central. Asimismo, seguramente los precios internacionales de los productos primarios se mantendrán elevados en 2013, imponiendo presión sobre el precio de los alimentos.


4. Nos preocupan los registros inflacionarios. Si bien entendemos que las medidas monetarias implementadas recientemente por el BCU están en línea con las políticas macroeconómicas que se imponen en el actual contexto inflacionario, las mismas están teniendo un impacto limitado. Consideramos que tales medidas deberían ir acompañadas de una política fiscal más restrictiva que contribuya al enfriamiento efectivo de la demanda interna. Incluso, sería prudente buscar acuerdos extrapartidarios para instrumentar un manejo fiscal contracíclico que facilitara la adecuación del gasto fiscal a la situación que el contexto internacional y local imponen, reduciendo las presiones políticas coyunturales.


El abatimiento inflacionario es, asimismo, importante para Uruguay ya que puede marcar la diferencia entre avanzar o retroceder en la senda de desdolarización iniciada con éxito una década atrás y que permitió reducir el endeudamiento público y privado denominado en moneda extranjera. Es importante que los acreedores en pesos confíen en la estabilidad de la moneda local. El compromiso con la meta inflacionaria es también importante a efectos de propender a una gradual reducción de la indexación salarial y de precios que, en ocasiones como la actual, se vuelve ciertamente perversa.


El mayor déficit de cuenta corriente, el deterioro de las cuentas fiscales y, evidentemente, el contexto internacional, son aspectos relevantes a considerar. En este último caso, los temas más relevantes aparecen asociados al encauzamiento de la crisis de deuda en Europa, la resolución exitosa del abismo fiscal en EEUU –con una gradual moderación del gasto y endeudamiento público en ese país-, y la capacidad del gobierno chino de retomar niveles de crecimiento cercanos al 8% anual. Adicionalmente, la fortaleza del peso uruguayo, unido a un incremento de los costos internos, está generando un encarecimiento relativo del país que es preciso atender.


En particular, sería importante poder condicionar aumentos futuros en los salarios reales a incrementos de productividad, de modo de no erosionar la competitividad de la producción nacional. En el mediano a largo plazo, una eventual reducción de la dolarización económica y un mayor desarrollo del crédito en moneda nacional, deberían otorgar mayor margen a las autoridades para controlar el fenómeno inflacionario por el tradicional canal monetario sin tener que imponer todo el peso de los ajustes sobre la política inflacionaria. Andrés Cerisola, socio director de FERRERE


1. La gestión macroeconómica del gobierno sigue mostrando muchas más luces que sombras a pesar del ruido que introduce la falta de unidad en la conducción. Resaltamos obviamente un impecable manejo del perfil de plazos de la deuda, que destaca en su importancia en estos momentos de zozobra, y su progresiva desdolarización, y una política fiscal que no es la óptima pero que es satisfactoria dadas las circunstancias. La regulación microeconómicas, por el contrario, muestra desde hace muchos años más sombras que luces. Esto comprende la desarticulación y cooptación de las unidades reguladoras, el deterioro y una “rigidización” del mercado laboral, el avance del estatismo en sectores claves de la infraestructura de negocios como las telecomunicaciones, y la creciente percepción de incertidumbre en temas tales como la política tributaria, la regulación de la minería, y otros. A nivel de infraestructura, el gobierno logró un éxito importante con la aprobación de la Ley de Participación Público-Privada (PPP) pero, luego de tener el marco, mostró incapacidad para ejecutar. La infraestructura en general tiene un retraso preocupante a nivel de trasporte, energía, puertos, cabotaje, infraestructura de seguridad, sin casi ningún logro que exhibir, con la sola excepción, si se concretara, del esfuerzo en materia de energías renovables.


2. El panorama no es de crisis pero sí de desaceleración. El panorama externo extremadamente favorable empezó a cambiar en 2012 y los efectos ya se empiezan a sentir en el último trimestre. Los problemas de competitividad, que nadie discute que son complejos de manejar, se están haciendo sentir con cada vez más fuerza. Las soluciones son difíciles pero no misteriosas ni imposibles y este gobierno les ha esquivado el cuerpo por bloqueos políticos internos. Es preocupante la claramente menor capacidad que tendrá el gobierno de mantener el timó firme y de, eventualmente, tomar medidas que pueden ser necesarias, dada la debilitación de un equipo económico y el presidente del Banco Central que funcionó muy bien pese a las restricciones en las que operó.


3. CPA FERRERE, nuestra firma hermana, está proyectando una inflación en el entorno del 8% para 2013. 4. Pese a las preocupaciones que hubo al momento de la elección y figuras aisladas que claramente desafiaron, el presidente de la República ha mantenido al país en un rumbo de racionalidad, ha contenido las presiones populistas más extremas, y ha tenido, en general, una conducta republicana y liberal que me enorgullece como uruguayo. Mi principal preocupación, y no es un pronóstico pero sí un riesgo que vemos, es que el deterioro del frente externo, el debilitamiento del sector socialdemócrata dentro del gobierno, puedan generar condiciones para que ese rumbo se altere. Confiamos en la solidez institucional del Uruguay y en ese conjunto de condiciones del “ser uruguayo” que impulsa hacia el centro a todos los gobiernos desde hace décadas. Orlando Dovat, presidente de Zonamerica 1.


La gestión del 2012 no se diferencia mayormente de la que caracterizó a los años inmediatos anteriores. Este ha sido un período marcado por la indecisión y la indefinición. La eficacia en la gestión sufrió en consecuencia. Si llevamos en cuenta que esto ocurre cuando las circunstancias externas han continuado siendo favorables, hay razones para preocuparse cuando esa situación cambie. No aprovechamos los momentos buenos para hacer los cambios necesarios. No los aprovechamos tampoco para contener el exceso de gasto público. La impotencia para la gestión y para llevar adelante una política anticíclica en condiciones favorables son elementos muy preocupantes.


2. Siendo la situación externa la determinante de buena parte de la marcha de nuestra economía, la respuesta equivale a pronunciarse sobre la marcha de la economía mundial y regional en el año próximo. Aún si las circunstancias externas favorables se mantienen, nos preocuparía mucho perder otro año sin emprender las reformas imprescindibles y sin generar políticas anticíclicas.


3. Este tipo de pronósticos es mejor dejarlo para los especialistas. En todo caso debemos decir que, desarrollando nuestra actividad en permanente contacto con el exterior, lo relevante no es tanto el guarismo de inflación como que su evolución y la del tipo de cambio guarden una relación adecuada. 4. Hay dos temas que nos preocupan: la reforma de la educación y la inserción internacional del Uruguay. No podemos seguir perdiendo tiempo sin encarar el tema de la educación. Ya hemos debatido lo suficiente en la sociedad. Es el turno del gobierno. Otro año sin soluciones, significa otra camada de jóvenes condenada a la pobreza. Respecto a la inserción internacional del país, seguimos perdiendo un tiempo precioso. Debemos decidir a favor de nosotros y no de países vecinos que, siendo importantes, no pueden impedirnos tomar las oportunidades que se generan desde más allá de la región. Mauricio Oppenheimer, gerente general de Punta Carretas Shopping


1. Ante una economía que comienza a tener bajas tasas de crecimiento, los agentes económicos esperan que la política fiscal y la política de salarios acompañen este escenario. En ambos casos, Brasil aparece acompañar esta tendencia pero Uruguay aun no reaccionó. De todas formas, a pasar de que el consumo interno tiene señales de “ralentizamiento” respecto a las tasas de los últimos cinco años de crecimiento, los valores absolutos en que se encuentra la economía hoy son más que satisfactorios. 2. Creemos que va a depender más de la coyuntura internacional –Europa y Estados Unidos- más que del propio Uruguay. Asuminedo un escenario externo como el actual, estimamos que 2013 será muy similar a 2012. 3. Entre 8% y 9%. 4. En lo económico, tener una política fiscal y de salarios más cuidadosa, para poder tener un tipo de cambio real más competitivo. En otras áreas, poder acercarnos a ejecutar un programa de educación, que sea relevante para provocar cambios estructurales que logren marcar un inicio hacia un cambio de paradigma, logrando que los jóvenes puedan tener una calidad educativa superior a la de hoy en día. Pablo Ramos, gerente general de General Motors en Uruguay y Paraguay 1. A grandes rasgos, la evaluación es positiva. Teniendo en cuenta la complicada coyuntura económica que atraviesan algunos de los principales países del mundo, que Uruguay mantenga niveles de crecimiento por encima de su media histórica es algo muy positivo. Más aún si consideramos la desaceleración de la actividad que se está registrando en nuestros dos grandes vecinos. El gran debe es la inflación.


2. En 2013 se registrará una tasa de expansión de la economía por lo menos igual a la de este año. Los pronósticos sobre los precios internacionales relevantes para Uruguay son relativamente favorables. Además, estimamos que las inversiones continuarán concretándose a buen ritmo. 3. Entre 8% y 9%. 4. Lo más importante es que se mantenga el optimismo en el futuro. Si las expectativas de los consumidores y de los empresarios son que estamos cerca del fin del ciclo económico positivo, estaremos contribuyendo a generar una profecía autocumplida. Si disminuye el consumo y la inversión, caerá el empleo y eso reforzará la caída de las dos variables anteriormente citadas, lo que provocará un círculo vicioso. Esa es la situación que debemos tratar de evitar. Para lograr ese objetivo es fundamental controlar la inflación y alcanzar un tipo de cambio competitivo y estable. Mariano Sardáns, presidente de FDI – Gerenciadora de Patrimonios


1. En el presente año, el gobierno no gestionó de forma adecuada problemas claves como la educación, a pesar de contar con los recursos necesarios para llevar adelante mejoras en dicha área. Además existieron temas que no fueron tratados correctamente y tuvieron mucha repercusión mediática como el cierre de PLUNA o la legalización de la marihuana. Respecto a la gestión económica, se hizo un buen trabajo en el manejo de deuda, no solamente en el último año, sino desde que se creó la Unidad a cargo de la misma. Las medidas adoptadas, especialmente la reducción en la dolarización de la deuda, le permitieron a Uruguay recuperar el grado inversor en abril del presente año. Además, con la reciente emisión de bonos al 2045 realizada el 13 de noviembre Uruguay logra extender la duración de su deuda, desconcentrando los pagos y lo hace a una tasa de interés en dólares históricamente baja para dicho plazo. El país se encuentra en una situación financiera sólida con un alto nivel de reservas y la posibilidad de obtener líneas de crédito con diversas entidades en caso de ser necesario. Este “colchón” le permitiría hacer frente a shocks externos en caso de que estos se produjeran. Sin embargo, no se cumplió con el objetivo de inflación previsto y se culmina el año adoptando medidas extraordinarias, nuevamente, para evitar que alcance los dos dígitos.


2. Estimamos que 2013 será similar que el presente año en términos económicos. El año próximo, la economía de Uruguay no estará ajena al contexto internacional. Los problemas que enfrentan algunos de sus principales socios comerciales (Argentina, Estados Unidos y Europa) impactarán negativamente en nuestra economía. La desaceleración en el crecimiento mundial y la incertidumbre que genera la situación actual en Europa harán que la tasa de crecimiento del PBI de Uruguay sea menor a la que se viene registrando en los últimos años. Si embargo, tal como sucedió con Botnia años atrás, las inversiones privadas de gran magnitud (Montes del Plata, planta de regasificación de gas natural líquido, exploración de petróleo offshore y el puerto de aguas profundas), en caso de concretarse ayudarán a mantener un crecimiento del PBI positivo.


3. Para el año calendario 2013 esperamos una inflación del 8%. Las medidas que se adoptarán en el último bimestre de 2012 para contener la inflación deberían ser revertidas a principios del 2013. De ser así, comenzaremos el año con elevadas tasas de inflación mensuales, tal como ocurrió en 2012. Respecto a los factores externos que influyen en la inflación, no vemos una desaceleración en el precio de los commodities agrícolas ni en los combustibles.


4. Educación e infraestructura son dos temas en los que se debe trabajar para que el país siga progresando. La educación es un pilar fundamental y necesario para la prosperidad de un país. Lamentablemente, en los últimos años la calidad de la educación ha desmejorado notoriamente en Uruguay, ubicando al país incluso por debajo del nivel regional. Invertir en infraestructura es necesario para descomprimir cuellos de botellas y atraer nuevas inversiones. Sin mejoras en la educación e infraestructura, Uruguay no hace más que acompañar la coyuntura externa favorable. La coyuntura externa no es ni será similar a la registrada en el último lustro, por lo tanto es necesario invertir en educación e infraestructura para dar el siguiente paso y seguir creciendo a tasas por encima del promedio. Fuente: Revista portfolio, Diciembre Enero 2012-2013, Año 10 Nº56

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